NOTA DE PREMSA: Detener el conflicto olvidado de Masisi, República Democrática del Congo

A menos que las fuerzas de mantenimiento de la paz (MONUSCO) y el ejército congoleño intervengan urgentemente para proteger a la población civil, se perderán más vidas inocentes

Masisi (Kivu Norte), Roma, 14 de noviembre de 2012 - Desde el pasado mes de agosto, las comunidades que viven en el distrito de Masisi en el este de la República Democrática del Congo (RDC) han sido desplazadas diariamente y al menos ha habido 18 muertos por represalias de los grupos opositores rebeldes. A menos que las fuerzas de mantenimiento de la paz (MONUSCO) y el ejército congoleño intervengan urgentemente para proteger a la población civil, se perderán más vidas inocentes.
 
Durante los últimos seis meses, las fuerzas de la MONUSCO han estado apoyando al ejército congoleño para acabar con los rebeldes del Movimiento 23 de marzo (M23) en el vecino distrito de Rutshuru. Al centrar su respuesta a la amenaza a la seguridad que provocaban los insurgentes del M23, el ejército congoleño dejó varias áreas del distrito de Masisi sin protección, lo que dio libertad de movimiento a otros grupos rebeldes, algunos de ellos aliados del M23.
 
Durante este período, más de 320.000 personas se han visto desplazadas a la fuerza en el Norte de Kivu. Aunque la mayoría son resultado del conflicto entre el gobierno y las fuerzas del M23 en Rutshuru, muchos han sido desplazados por la violencia en Masisi. 
 
"Esto ha causado una falta injustificada de la protección de la población en el distrito de Masisi. Si bien es evidente que los civiles atacados por el M23 sean protegidos, no se debe permitir que esto ocurra a costa de vidas inocentes - en su mayoría mujeres y niños - en otras partes de la región. La población se siente abandonada por las fuerzas de la MONUSCO, que no ha cumplido con su mandato", dijo un miembro del personal del JRS en Masisi.
 
El Servicio Jesuita a Refugiados en Masisi ha sido testigo de primera mano de las consecuencias de la alarmante intensificación de la violencia entre los grupos rebeldes de las comunidades Hunde y Hutu, así como entre otros grupos armados que actúan en la zona. Aparte de las consecuencias inmediatas de la violencia, los ataques dejan muchos grupos - mujeres, niños, personas mayores, personas con discapacidad y problemas de salud - en circunstancias especialmente vulnerables, sin la ayuda de las agencias de ayuda ni el apoyo de los miembros de la comunidad.
 
En la actualidad, reina el miedo entre las comunidades hutu y hunde en Masisi. La comunidad internacional debe prestar urgentemente mayor atención y responder a las peticiones de seguridad y ayuda humanitaria y obligar a las autoridades políticas, civiles y militares congoleñas a que garanticen la protección de estas poblaciones. De lo contrario las milicias, responsables de la matanza de inocentes niños, mujeres y hombres, seguirán actuando a su antojo.
 
Acontecimientos recientes
• Entre el 27 y el 29 de septiembre de 2012, varios pueblos hunde en los distritos de Loashi y Shoá fueron incendiados por los miembros de Nyatura, un grupo de milicianos hutu.
• El 30 de septiembre, un motociclista hunde fue asesinado en Loashi, presuntamente a manos de una milicia hutu.
• El 30 de septiembre, a pesar de las fuertes lluvias y la presencia de una base de MONUSCO a menos de un kilómetro de distancia, los miembros de la comunidad hunde quemaron varias cabañas en el campamento de desplazados de Kilimani, obligando a muchos residentes, en su mayoría hutus, a buscar seguridad en otros campamentos o con sus familiares. A pesar de que la mayoría de las personas en Masisi eran conscientes del alto riesgo de un ataque, la MONUSCO no hizo planes para prevenir la violencia y proteger a los desplazados internos.
• Después de unos días de relativa calma, a raíz de la intervención de las autoridades locales, volvieron a producirse matanzas. El 3 de noviembre, cuatro mujeres y dos niños hunde fueron asesinados a machetazos a manos de la milicia Nyatura. Las mujeres estaban recolectando alimentos a pocos kilómetros de la ciudad de Masisi y se dice fueron violadas antes de ser asesinadas.
• El 4 de noviembre, los miembros de la comunidad hunde llevaron los cuerpos de las víctimas al edificio de las autoridades locales de Masisi, exigiendo que su comunidad tuviera seguridad. 
• El 11 de noviembre, un hombre hutu fue asesinado por miembros de la milicia hunde FDC (Forces de Défense du Congo) en el pueblo de Ngote. Miembros de la FDC posteriormente incendiaron varias aldeas alrededor Buhabo, causando nuevos desplazamientos forzados. Miembros de la comunidad hutu más tarde llevaron el cuerpo al consejo Masisi, exigiendo que su comunidad fuera protegida, como se hizo una semana antes con la comunidad hunde.
• El 12 de noviembre, un grupo armado hutu respondió incendiando varios pueblos hunde en la ciudad de Masisi. Miles de personas han llegado a la ciudad de Masisi en busca de seguridad frente a la violencia. En el pueblo de Mashaki se hallaron cinco cadáveres, y una mujer y sus seis hijos siguen desaparecidos. Más tarde ese mismo día, varios pueblos hutu fueron incendiados.
• La mayoría de los desplazados internos en Kilimani aún no han regresado al campamento por temor a nuevas violencias y por los cortes en el suministro de alimentos desde el 30 de septiembre. Siguen viviendo en condiciones muy precarias, sin ninguna ayuda.
 
El JRS en Kivu Norte. El JRS comenzó a trabajar en Kivu Norte en 2008, en los campamentos de desplazados cerca de Goma. Tras el cierre repentino de los campamentos en septiembre de 2009, el JRS siguió junto a estas personas en sus lugares de origen y los de nuevos desplazamientos. El JRS trabaja actualmente en dos áreas de Kivu Norte: los distritos de Masisi y Mweso.
Masisi: Establecido en 2010, el JRS ha ampliado sus servicios a cinco campamentos oficiales y a otros campamentos de desplazados improvisados, ofreciendo educación formal e informal y asistencia de emergencia. Aparte de la construcción y rehabilitación de escuelas de secundaria, los equipos del JRS proporcionan
materiales educativos y formación de maestros en 84 escuelas de secundaria. Se presta especial atención a las necesidades de las mujeres. Así, este tipo de cursos de alfabetización y formación profesional se proporcionan a mujeres, muchas de las cuales han sido víctimas de violencia sexual. El tercer componente del proyecto es proporcionar ayuda personalizada a los ancianos y a personas con discapacidad. Cuando es necesario, el personal las deriva a otras agencias. Más recientemente, con la
creación de cinco campamentos no oficiales, el JRS ha comenzado a suministrar alimentos y lonas de plástico en tres de los campamentos donde la gente vive en la pobreza extrema.