En el congreso Quòrum23, organizado por la Fundación Escola Cristiana de Catalunya recientemente se reflexionó sobre la identidad y la misión de las escuelas cristianas. Nuestro compañero jesuita Àlvar Sánchez, que actualmente trabaja en Nador, en Marruecos, participó en una de las mesas redondas del congreso, junto con el profesor Joan-Carles Mèlich, la responsable de pastoral de los centros Gabrielistes en Catalunya, Claustre Besora, y la jurista, politóloga y articulista, Montserrat Dameson.
Àlvar compartió su testimonio como antiguo a alumno, recordando momentos vividos en el colegio Claver de Raimat, el legado de los jesuitas y profesores que conoció, y explicaba que “algunos intangibles tienen la fuerza de desplazarnos interiormente ”. Recordaba que “también en la escuela se respiraba una misión. En el centro: el sufrimiento de la víctima. Al lado: la invitación a poner nuestros talentos al servicio de un intento: transformar las causas de ese sufrimiento”.
La acción social en las escuelas cristianas, decía Àlvar, es una semilla de vida que nos conecta con el Otro, y hace experiencia de una relación de servicio en la que acabamos siendo curados por el Otro. “Esto es importante, puesto que a menudo la infancia y juventud, la comunidad educativa e incluso la escuela cristiana, está herida. ¿Qué nos puede curar? La oportunidad de abrirnos al otro. La acción social no se nos ofrece como un imperativo ni como una responsabilidad, sino como un bálsamo”.
También ha hecho referencia a los jóvenes de nuestras escuelas que hacen experiencias en los proyectos de la Delegación Diocesana de Nador, donde trabaja. “Sólo puedes admirarlos. Y han llegado gracias a lo que vive y late dentro de todos nosotros”.
Encontrará más información sobre el congreso Quórum23 aquí.
Foto: FECC