Contra las relaciones abusivas #StopBullying

Uno de cada cinco niños en Europa son víctimas de diferentes tipos de acoso. Conscientes de la importancia de hacer frente al cambio social del presente y a un mundo en transformación en el que tenemos la obligación y el deber de proteger a los niños y adolescentes, la red de escuelas Jesuïtes Educació trabaja en la prevención de cualquier tipo de acoso y para garantizar las herramientas de gestión necesarias en caso de no poder evitarlo.
 
Los últimos años, las escuelas de la red se han dotado de diferentes herramientas para prevenir el acoso y gestionarlo con protocolos preventivos y de actuación, año tras año organiza actividades de formación con la colaboración de la Fundación Vicki Bernadet. Sin embargo, es necesario seguir creando conciencia de tolerancia cero, trabajando tanto con las familias como en la escuela.
 
Cuando la familia y el entorno de los menores no tienen estrategias para identificar y afrontar una situación abusiva, el menor queda en una mayor situación de vulnerabilidad. Cabe destacar la importancia del apoyo familiar, y que los niños y adolescentes sean escuchados y creídos para conseguir que sean autónomos y bien preparados.
 
En la escuela, en el marco de trabajo de las escuelas de Jesuïtes Educació de formar personas integrales para una sociedad diferente, se considera necesario diseñar e implementar programas preventivos de forma integrada mediante metodología participativa. Asimismo, hay que facilitar herramientas a los niños y adolescentes para que conozcan sus derechos, que puedan poner límites a situaciones en las que no se respeta su cuerpo, que sean conscientes de que estas situaciones son abusivas y que siempre se comunicarán a un adulto, ayudando y buscando la ruptura del silencio que favorezca la continuidad del abuso.
 
Para crear esta conciencia, Jesuïtes Educació desarrolla una batería de charlas meticulosamente estudiadas, adaptadas y organizadas. En primer lugar formando / informado a las familias y los educadores, y en segundo lugar, a los alumnos. En el caso de las familias, se gestiona con las AMPA una charla formativa, explicando qué se enseña a los alumnos, cuáles son las situaciones críticas y se da a conocer la trayectoria mediante el Protocolo Preventivo y de Actuación o las nuevas herramientas que puedan surgir.
 
En cuanto a los educadores, todos realizan formación y deben poder prever respuestas adecuadas a situaciones de riesgo que se puedan verbalizar. Los alumnos participan en talleres pedagógicos adaptados a diferentes etapas educativas, impartidos por expertos, y con el fin de hacerles conocedores de los límites en las relaciones. En estas sesiones se trabaja a través de cuentos, teatro social o documentales y películas, en función de la edad de los chicos y chicas.