Ramir Pàmpols, jesuita catalán que trabaja en Honduras, explica en Barcelona la realidad de violencia y pobreza que existe en este país.
Ramir Pàmpols, jesuita que vivió buena parte de su vida como cura obrero, decidió al jubilarse que tenía que dedicar la salud y la vida que le quedaba en ayuda a los más pobres. Durante cuatro años y hasta el terremoto, vivió en Haití trabajando como director adjunto de Fe y Alegría, y por lo mismo hace dos años está en Honduras.
Coincidiendo con una estancia en Barcelona, el pasado jueves 29 de enero ofreció una charla en el centro de estudios Cristianisme i Justícia, para dar a conocer la situación que vive actualmente Honduras, y también para compartir sus reflexiones sobre el futuro y los signos de esperanza. El encuentro reunió a unas 40 personas, entre ellas un grupo de hondureñas que han tenido que marchar y que ahora residen en Barcelona. Fue una charla sencilla, cordial y participada. En ella se dieron cifras alarmantes sobre la situación del país, con la tasa de homicidas más grande del mundo; con situaciones de pobreza y desigualdad escandalosas; con un desgobierno que acaba siendo "gobernado" por toda clase de grupos, madres y bandas de narcotraficantes, y que últimamente quiere ser contestado desde el estado con una creciente militarización ...
También se habló del papel de Fe y Alegría, red de escuelas que hace posible que los niños que se encuentran en situaciones más desfavorecidas puedan tener acceso a la educación, ya que ésta es fundamental a la hora de construir un futuro esperanzador. Así, desde el realismo y a través del testimonio de Ramir Pàmpols, la charla sirvió para conocer el trabajo de miles de personas e instituciones que, en una situación de gran dificultad, siguen apostando por sacar ese pequeño país del fatalismo de la pobreza y del crimen. Con su testimonio animó a los asistentes a ser más valientes en la denuncia y el compromiso, ya que muchos de los problemas de Honduras son causados por un sistema económico que descarta países y personas condenándolas a una vida sin futuro.