La sala de actos de Cristianismo y Justicia acogió el pasado lunes 3 de febrero una nueva sesión del ciclo "Los Lunes de los Derechos Humanos" que esta vez estuvo dedicada al tema de la muerte digna.
El acto contó con la participación de Montse Esquerda, médica y directora del Instituto Borja de Bioética y de Ernest Botargues, educador y voluntario de acompañamiento a la muerte, moderados por la periodista Mireia Prats.
La moderadora abrió el diálogo poniendo en contexto el tema, después de los últimos anuncios sobre la posible futura tramitación de la ley de la eutanasia en el Congreso. Una regulación con la que estaría de acuerdo un 87% de la población, según las encuestas.
Las aportaciones de los ponentes pusieron de manifiesto que el debate sobre el final de la vida y la muerte digna va mucho más allá de la regulación de la eutanasia. "La sociedad está más cómoda con una regulación legal que con un discurso filosófico o religioso respecto a todo lo que significa la muerte", decía Montse Esquerda, que considera que existen graves carencias en la manera de afrontar la muerte: "es importante reconocer la idea de la finitud para poder hacerle frente".
El acompañamiento a la muerte es todavía un reto, también para los profesionales de la salud, que a menudo no están preparados, según reconoció Montse Esquerda. En un porcentaje entorno al 30% de los casos, los pacientes terminales desconocen su estado. El silencio y el miedo dificulta el proceso. "Es más fácil pedir una resonancia que tener la conversación más difícil. Tenemos que acostumbrarnos a hablar de la muerte".
Montse Esquerda también habló de la confusión terminológica que a menudo acompaña el debate sobre la eutanasia, por lo que se hace necesario hablar de la muerte y desarrollar claramente su lenguaje, concretar el lenguaje sobre el final de la vida.
Por su parte, Ernest Botarques ofreció su experiencia de diez años en el acompañamiento de personas en el final de la vida como voluntario de la Asociación Temps (tiempo). El voluntario aporta precisamente esto, tiempo, a la persona acompañada de manera que establece un vínculo.
Es una tarea que requiere de mucho silencio y de escuchar, siendo consciente que el proceso de enfermedad es irreversible y que el voluntario entra en el domicilio para acompañar en el final de la vida. "Debemos tener muy presente este elemento de la finitud", dijo.
El ciclo "Los Lunes de los Derechos Humanos" está organizado conjuntamente por Justícia i Pau, Crisitianisme i Justícia, Mans Unides, Caritas Barcelona y el grupo de juristas Roda Ventura.