La crisis producida por la pandemia de COVID-19 ha tensionado nuestra sociedad en general, pero muy particularmente nuestro sistema sanitario. Los profesionales sanitarios y de cuidados se han visto sometidos a lo que muchos han definido ya como el reto profesional más importante de sus vidas.
La gestión de la incertidumbre, las largas jornadas de trabajo y la falta de equipos de protección individual son solo algunas de las batallas que han tenido que librar estos profesionales, que en todo momento han mostrado elevados niveles de compromiso, antepuesto el bien de sus pacientes y de la población a sus propios intereses.
El Instituto Borja de Bioética, en el marco de la Universitat d'Estiu Ramon Llull ofrecerá a partir del 7 de julio unas jornadas online dedicadas a la reconstrucción personal y colectiva de los profesionales sanitarios y de cuidados después de la pandemia.
Los encargados de hacer la sesión inicial serán el jesuita y licenciado en Medicina Joan Carrera y la médico de familia y coordinadora docente del Instituto Borja de Bioética, Helena Roig, que abordarán el cambio de paradigma en la atención durante la pandemia.
Y es que, como explicará Joan Carrera, la pandemia nos enfrenta a un cambio de paradigma, cuestionando de forma abrupta un modelo individualista y liberal, y obligando a desplazarse hacia un paradigma más social, donde se deberán definir cuestiones que están por encima de la libertad de los individuos. "Esta priorización puede generar tensiones entre el personal sanitario y los pacientes, pero también entre el mismo personal sanitario, que se puede ver sobrecargado por las decisiones que ha tomar, así como por decisiones que le vienen impuestas sin su participación".
Sin embargo, según Carrera, "en las situaciones de crisis sanitaria el modelo más comunitario debería prevalecer tanto para poder responder mejor a la situación como porque es capaz de generar más cuidados hacia las personas en situación de fragilidad". "En las situaciones de crisis", afirma, "se pone en evidencia que se responde mejor desde modelos más comunitarios y menos individualistas".
Alerta que hay que tener cuidado, porque "el modelo que acentúa el bien de la colectividad debería ser elaborado de forma participativa y no desde determinados poderes e intereses, y el personal sanitario y social debería participar en la elaboración de los principios que rigen los criterios de distribución y redistribución de los recursos, desde su experiencia y conocimientos médicos ". Además, "no se pueden vulnerar los derechos de las personas ni dar lugar a formas de control autoritario o anulación de mecanismos democráticos".
Más información sobre las jornadas en este enlace.