Desde el 27 de octubre hasta el 11 de diciembre el centro internacional de espiritualidad de la Cueva de San Ignacio en Manresa ha acogido a un grupo de 20 personas, procedentes de todo el mundo, para participar en una nueva edición del curso de inmersión ignaciana, en su versión en español.
Esta vez los participantes procedían de 10 países diferentes llegados a Manresa para profundizar en el legado de Ignacio de Loyola a fin de inspirar una vida cristiana en nuestra sociedad e Iglesia. La motivación de muchos de ellos venía acompañada por la necesidad de un tiempo de pausa y recuperación para “resituar y reordenar la vida”, como nos cuentan, buscando “espacios verdes revitalizadores para conectar de nuevo con la frescura del Evangelio”.
El curso cuenta con expertos en espiritualidad ignaciana, en su mayoría miembros del equipo del centro de espiritualidad de Manresa y de la Escuela Ignaciana de Espiritualidad (EIDES). Lo característico y peculiar de esta propuesta es su metodología y el lugar en el que se imparte, ya que permite la inmersión en los lugares ignacianos. “Pisar, tocar y palpar” estos lugares, explican los participantes en el curso, “nos ha devuelto a nuestros orígenes, a darnos cuenta de lo que realmente es importante en la vida”.
Y es que, más que un curso, lo que se propone es una experiencia espiritual vital, que lleva a regresar a los lugares de origen “con un mayor sentimiento de identidad y de pertenencia, enamorados del carisma ignaciano”.
La experiencia del grupo está recogida en este manifiesto publicado en la web de la Cueva de San Ignacio de Manresa. La próxima edición del curso será en inglés y empezará el mes de abril de 2020.