Este martes ha fallecido en Barcelona el P. Agustín Goytisolo, jesuita barcelonés que tenía 84 años y que pasó 50 años de dedicación al servicio pastoral y la promoción humana en el continente africano.
El P. Agustín Goytisolo llevaba África en el corazón. El año 2018 regresó a su Barcelona natal, pero desde aquí seguía bien comprometido con la realidad de África. En Chad y Burkina Faso trabajó apoyando a la población más vulnerable y, ya en Barcelona, estos últimos años se dedicó a recoger sus recuerdos y experiencias, que publicó en el libro Caminando por África, con el que quería sobre todo transmitir una imagen auténtica de la riqueza del continente africano. "He descubierto un mundo con muchas capacidades", decía en una entrevista. "Descubres sus riquezas: los valores humanos, el trabajo de la mujer, el cuidado de la tierra...".
Nacido en Barcelona en 1936, ingresó en la Compañía de Jesús en 1954 en el noviciado de Veruela y se ordenó sacerdote en Barcelona en 1967.
Poco después fue destinado al Chad, en 1968, con otros compañeros jesuitas como Francesc Cortadellas o Ignasi Anzizu. Sus primeras experiencias fueron en parroquias de zonas rurales. Además de la tarea de animación de las comunidades cristianas, pronto se presentaron urgencias que obligaron a promover servicios humanitarios como las graves crisis de hambre. Emergencias que lo llevaron a impulsar proyectos como los graneros comunitarios, llamados también bancos de cereales, una experiencia de la que siempre hablaba con muy buen recuerdo.
Del Chad a Burkina Faso
En 2005 se trasladó a Burkina Faso, donde dirigió el Centro de Espiritualidad "PAAM Yôodo", situado en la capital, Ouagadougou, al tiempo que impulsó un proyecto de microcréditos destinados a madres de familia, para ayudar a una población en situación de extrema pobreza, en la periferia de la ciudad, en un gran barrio sin agua, electricidad y otros servicios esenciales.
Goytisolo también trabajó activamente en el apoyo y atención a las personas portadoras del virus VIH, a través de la red tengan impulsada por los jesuitas en África. Su objetivo era sobre todo garantizar puedan seguir el tratamiento de una forma correcta, así como acoger aquellas personas en una situación de mayor precariedad.