Durante todo el curso, el grupo de personas que forman parte de Fe y Migra se han ido encontrando mensualmente para compartir un rato de oración con el deseo de que la fe que les une siga iluminando y ayudando a dar sentido al voluntariado y trabajo que realizan en la Fundación Migra Studium.
Fe y Migra es una iniciativa que nació hace ya unos años, en el marco de la comunidad apostólica situada en la calle Palau de Barcelona, donde se encuentra la sede de la Fundación Migra Studium, en el mismo edificio que acoge también una comunidad de hospitalidad y la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria. Los encuentros de Fe y Migra son espacios de profundidad y compartir con el objetivo de alimentar una fe que abre la justicia.
rostros que celebran, diversos, alegres, con el deseo común de compartir, de celebrar, de conversar, de agradecer, de amar
Este año, en la preparación de las oraciones, el motor ha sido la propia misión de Migra Studium: seguir siendo una puerta abierta a la acogida, diversidad y ejercicio de los derechos. Por eso en las plegarias se han compartido testimonios de personas que han vivido desde varios lugares el proceso migratorio, se ha rezado por ellas y con ellas y han ayudado a iluminar la labor del grupo y a vivirla con sentido y esperanza.
En el último encuentro, el pasado 13 de mayo, la oración tuvo como motivación e hilo conductor la celebración de los 20 años de Migra Studium, teniendo presentes tres elementos imprescindibles: la celebración, la mesa compartida y los reencuentros. Textos del Evangelio e imágenes de la alegría vivida durante la celebración de los 20 años, posibilitaron ver y llevar a la oración rostros que celebran, diversos, alegres, con el deseo común de compartir, de celebrar, de conversar, de agradecer, de amar.
La comunión vivida el día de la celebración anima a seguir colaborando para posibilitar la acogida de las personas que llaman a la puerta de Migra y también a denunciar la injusticia con la que viven muchas de ellas en sus procesos migratorios, así como la que se vive en tantos y tantos lugares del mundo donde los derechos fundamentales son negados.
El encuentro terminó con la mesa compartida para cenar. La comunidad de hospitalidad de la calle Palau, de nuevo, como ha hecho cada mes, abrió sus puertas al grupo.