La ciudad de Manresa celebra estos días los últimos actos del programa de conmemoración de los 500 años del paso de Ignacio de Loyola por esta ciudad, que se han llevado a cabo dentro del proyecto Manresa 2022, impulsado por el Ayuntamiento con la participación de distintas instituciones de la sociedad civil, también el Centro de Espiritualidad de la Cueva de San Ignacio.
Al cerrar este aniversario, la comunidad de jesuitas de Manresa ha dirigido una carta al alcalde de la ciudad, Marc Aloy, expresando su agradecimiento, al consistorio y a la ciudad, por las iniciativas llevadas a cabo durante todo este tiempo.
“Nos hacemos consciente que el relato de la vida del peregrino, paradigma existencial para la familia ignaciana, se ha convertido, de forma natural, en un relato significativo para todas las personas que han querido participar en los distintos actos de esta programación”.
La carta, firmada por David Guindulain, superior de la comunidad, reconoce que “la memoria latente de san Ignacio en Manresa, no solo se ha hecho presente si no que ha interpelado maneras de hacer y de ser, tal como lo haría en 1522”. Los jesuitas de Manresa celebran la progresiva implicación de la ciudadanía, que permite “acercarnos los unos a los otros, descubriendo todo lo que podemos hacer cuando compartimos mirada hacia un mismo horizonte”. También señalan valores como la austeridad, la escucha, la universalidad, y tantos otros que han sido inspiradores del Año Ignaciano.
Por otra parte, el texto recoge el impacto que ha tenido el evento para la comunidad, ya que ha permitido descubrir cómo se han puesto en valor desde la ciudad nuevas dimensiones del Santo. “Se cierra el Año de la efeméride, pero se abre el tiempo de recoger frutos y mantener colaboraciones, dejando que el relato inspirador del peregrino siga transformándonos”, acaba la carta.