Las entidades de Jesuïtes Social trabajan para garantizar el acceso a las actividades de verano

Miles de niños, niñas y jóvenes participan durante el verano en actividades de ocio. Casales, colonias, campamentos… son esenciales para el crecimiento integral de los niños y niñas. Pero, lamentablemente, como ha puesto de manifiesto un informe reciente de la Síndica de Greuges, el derecho al ocio educativo no se ha universalizado y muchos menores tienen dificultades para acceder a estas actividades.

Las entidades de Jesuitas Social en Cataluña reivindican que tener verano es un derecho. Por eso organizan actividades de verano que puedan llegar a todo el mundo. Para estas organizaciones, que acompañan durante todo el año a menores y familias en situación de vulnerabilidad, es importante que las vacaciones no supongan un retroceso en sus derechos. Por ello lanzan campañas de captación de fondos dirigidas a particulares y también a empresas que quieran colaborar  para garantizar que ningún niño o niña se quede sin casal o colonias.

En verano la vulnerabilidad puede agravarse

“El verano puede ser un momento de aislamiento y de aumento de las situaciones de vulnerabilidad”, alerta Míriam Ibáñez, responsable de comunicación de la Fundació Salut Alta de Badalona. En este barrio, el aumento de las temperaturas en pisos muy pequeños y con un aislamiento deficiente genera problemas de salud.

Anna Cantos, educadora social de la Fundació La Vinya, en los barrios de Bellvitge y el Gornal, recuerda que durante el invierno los niños, niñas y jóvenes cuentan con el paraguas de la escuela, el comedor y las actividades extraescolares, pero en verano, sin estas actividades, la vulnerabilidad puede agravarse. “El ocio no es un lujo, es un derecho”, asegura. También hay que pensar en las familias, añade Jordi Juvillà, desde Arrels Sant Ignasi de Lleida.. “Estas actividades son momentos de distracción y crecimiento para menores que quizá pasarían estos días sin un acompañamiento adecuado o solos en la calle”, nos explica. “Y para las familias es importante que sus hijos e hijas estén atendidos y ocupados durante el día con otros niños y niñas de su edad”.

Ofrecer oportunidades de ocio educativo permite estimular el aprendizaje, generar experiencias de vida positivas, mejorar el bienestar emocional y físico, cubrir necesidades básicas o fomentar el intercambio y el buen trato entre iguales. “Para muchos niños y niñas es una experiencia que recordarán toda la vida”, destacan desde la Fundació La Vinya. Anna Cantos recuerda que es un espacio de relación y descubrimiento, para seguir creciendo en valores y reforzar rutinas y hábitos.

"Con estas vivencias creamos comunidad y vínculos"

“Los niños y niñas viven estas actividades con muchísima ilusión. Y cuando se acerca el verano ya empiezan a preguntar”, explica Gemma Escrig, educadora del Centre Sant Jaume de Badalona. Esta entidad organiza un casal de verano para los más pequeños y un campo de trabajo para adolescentes. “Más allá de las actividades concretas, con estas vivencias creamos comunidad y vínculos”, añade.

Para lograrlo, los casales y colonias de verano incluyen una propuesta de actividades rica y diversa. “Hacemos excursiones, salidas a la playa, vamos a la piscina, hacemos talleres, juegos...”, asegura Ariadna Rodríguez, coordinadora del casal de secundaria del Centre Sant Jaume. “Hacemos actividades que nos permiten salir del barrio y del entorno que los niños ya ven cada día”.

Por su parte, desde Lleida, Jordi Juvillà considera que “son espacios para incidir en la importancia de la educación en el ocio, poco valorada en el barrio del Secà de Sant Pere, donde se encuentra nuestro esplai. Las actividades programadas permiten conocer recursos de ocio y educativos de la ciudad, espacios naturales y culturales, y trabajar otros objetivos a nivel pedagógico o de valores: cohesión, respeto, cooperación, igualdad, etc. Pero los niños y niñas lo viven como un juego con unas normas concretas”.

“Hay que facilitar la participación, hacer que el dinero no sea un impedimento”

Pero el acceso de todos los niños y niñas al ocio de verano no está garantizado. Gemma Escrig, desde Badalona, recuerda que “la principal barrera es la económica”. Desde Lleida, Jordi Juvillà señala que también es necesario hacer pedagogía del ocio entre aquellas familias que no tienen una tradición de educación en el tiempo libre. “Hay que facilitar su participación, hacer que el dinero no sea un impedimento”. También considera que la administración debería promover un sistema que facilite el acceso a las becas.

Unas becas que no siempre cubren el coste real de las actividades. Por eso, las entidades lanzan campañas de captación de fondos para poder garantizar que ningún niño o niña se quede sin casal o colonias por motivos económicos. “El voluntariado y los microdonativos hacen posible que todo esto se pueda llevar a cabo”, destaca Míriam Ibáñez. Las personas que, a título particular, quieran colaborar para garantizar el derecho al ocio de niños, niñas y jóvenes pueden hacer donativos a través de la web de cada entidad.

Campaña para contar con la colaboración de empresas

Por otro lado, este año, las tres fundaciones que centran su acción en niños, niñas y adolescentes en riesgo –La Vinya, Salut Alta y Centre Sant Jaume– han puesto en marcha una campaña conjunta dirigida a aquellas empresas que quieran colaborar, sumándose así a esta causa. Existen tres modalidades de colaboración: a través de una aportación económica directa, con voluntariado corporativo que participe en actividades puntuales o mediante acciones de apoyo logístico, o realizando donaciones en especie para garantizar comidas, material deportivo, entradas a actividades culturales, etc. Podéis encontrar toda la información descargando este documento.