Hace veintisiete años, el obispo Joan Carrera pidió a los jesuitas que se hicieran presentes en el barrio de la Salut Alta de Badalona para llevar a cabo un proyecto pastoral y social que respondía a una llamada eclesial. Entonces se empezaba a construir la capilla de Sant Joan Baptista y tres jesuitas, Isidre Ferreté, Carles Riera y Jaume Flaquer, se instalaron en el barrio.
Este fin de semana, la capilla ha celebrado sus 25 años, con cierto retraso porque la pandemia no ha permitido hacerlo antes. La celebración hizo evidente que es un ejemplo de comunidad diversa y en salida. El Arzobispo de Barcelona, el Cardenal Joan Josep Omella presidió la Eucaristía, acompañado del jesuita Isidre Ferreté, presente en la comunidad desde sus inicios.
Asistieron más de un centenar de personas y la celebración contó con la participación de varios grupos parroquiales y entidades, como la Fundación Salut Alta, entidad de acción social, que ha sido uno de los pilares de la comunidad.
Precisamente el P. Isidre Ferreté destacó que la comunidad "ha trabajado y acogido desde sus inicios a todos los recién llegados al barrio y hoy en día supone una presencia de iglesia seria, que vive la fe con compromiso y en solidaridad con los vecinos". "La fe la celebramos con la liturgia, pero también la practicamos en la calle con las distintas iniciativas", dijo.
Al inicio, el jesuita agradeció a toda la comunidad su implicación y participación en todo momento. Una entrega que se mostraba en las distintas fotografías expuestas. Entre ellas, había feligreses de antes y ahora, muchos de ellos de orígenes y edades diversas pero todos ellos unidos y miembros de la familia del barrio de la Salut Alta.
Testimonio de iglesia
El cardenal de Barcelona, Joan Josep Omella, recordó cómo Dios ha sido un vecino más en medio de la comunidad, "que se ha hecho presente en este barrio, y viviendo las tristezas, las penas y las alegrías con vosotros. Aquí se ha creado fraternidad y comunidad mientras vivimos la amistad con Dios". Invitó también a actuar siguiendo el patrón de la capilla, San Juan Bautista, "ejemplo de una vida sencilla y sacrificada por los hermanos".
Un proyecto de todos
Durante la celebración se recordó especialmente a las personas que han hecho posible la comunidad. El delegado de los Jesuitas en Catalunya, Enric Puiggròs, no pudo asistir a la celebración, pero quiso dirigir una carta a la comunidad. En ella recuerda los inicios de la capilla y la presencia de los jesuitas que empezaron a trabajar pastoralmente en el barrio y a implicarse de lleno, colaborando con la parroquia de La Salut y las religiosas del Pradó, que tenían allí ya tenían una comunidad muy comprometida.
También destaca la acción social de la Fundación Salut Alta, "hija y heredera" de las primeras actividades de refuerzo escolar que con tanta ilusión apoyaban a niños y familias necesitadas. "Hoy la Compañía de Jesús, en su presencia como cuerpo apostólico de laicos/cas y religiosos, sigue mostrando su disposición a seguir presente en el barrio".
Regreso de la comunidad de jesuitas al barrio
Aunque hace poco más de un año la comunidad de jesuitas en el barrio tuvo que cerrarse, en la misma carta, el delegado de los Jesuitas en Cataluña anunció que, a partir del próximo curso, está previsto volverla a abrir y que se vuelva a instalar una comunidad de jesuitas en el barrio, fruto del "compromiso que la Compañía de Jesús sigue teniendo con el barrio y con la Iglesia de Barcelona, que nos renueva su mandato y misión".
Imágenes de Ramon Ripoll para el portal web de la Iglesia de Barcelona.