12 jóvenes son los protagonistas del cuaderno número 100 de la colección Ayudar de EIDES, que lleva por título Jóvenes y espiritualidad.
Está coordinado por Glòria Andrés y recoge las seis conversaciones que mantuvieron doce jóvenes y en las que hablan, en un clima de confianza y desde la experiencia personal, de sus itinerarios de fe, de la espiritualidad, y de cómo la viven en la cotidianidad y su entorno cercano.
No es en absoluto una radiografía sobre los jóvenes y la Iglesia sino sencillamente la voz de jóvenes que hablan en primera persona. Tienen en común que conocen o están vinculados con la espiritualidad ignaciana, pero no todos son cristianos ni creyentes.
En las conversaciones expresan cómo la espiritualidad tiene que ver con encontrar sentido a todo lo que hacemos y vivimos, y con la posibilidad de tomar decisiones desde la profundidad. Se cuestionan si puede vivirse una espiritualidad sin ser creyente, y reflexionan sobre la conexión entre la espiritualidad y la fraternidad.
“La espiritualidad puedes vivirla con Dios o sin Dios, porque no es exclusiva de la religión. Tengo amigos espirituales, pero de una espiritualidad sin Dios”
“Yo desde hace tiempo me considero agnóstico (...) Una espiritualidad basada en la religión me cuesta. Y en cambio, sí busco cierta profundidad en mi vida”
También aparecen las dificultades que se han ido encontrando, y que identifican con el individualismo o la falta de espacios y tiempo para uno mismo y para cultivar la interioridad. Reivindican la necesidad de abrirse a los demás y al mundo, de tomar conciencia de los propios límites, y hablan de la relación de la espiritualidad con el activismo y la implicación social, o con las experiencias de sufrimiento y de luto vividas.
"En el camino espiritual, debemos salir del autocentramiento y limitar el ego al máximo"
“En algún momento se me coló la trampa mesiánica de querer salvar al mundo. Gracias a los Ejercicios he podido darme cuenta de esta trampa e ir viendo poco a poco dónde es que yo puedo dar más, y tomar conciencia de mis límites”
“La fe me llama a luchar contra las injusticias, creo que es lo que primero me tocó y lo que sigue animando mi vocación”
Lejos de verla como problema, celebran la diversidad de la Iglesia, las diferentes maneras de vivir y expresar la fe, y también de la necesidad de acercarse a Jesús no sólo de una forma intelectual sino desde el corazón y desde los sentidos. Valoran la importancia de la comunidad y la vivencia comunitaria de la fe, y nos explican lo que representa vivir la fe en un país donde la tradición religiosa mayoritaria es otra, o en un contexto secularizado que cuestiona constantemente lo religioso.
"(la comunidad) me posibilitó un espacio para sentirme escuchada, de crecer con otros, de contrastar las decisiones de mi vida"
“A veces parece que para ser cristiano o cristiana tengas que justificarte (...) entonces prefieres esconderlo. (...) Y pienso, si ahora mismo la fe es uno de los pilares de mi vida, ¿por qué debo llevarlo tan íntimamente?”
Algunos testimonios nos hablan de la vivencia de la espiritualidad compartida con una pareja que profesa otra religión. O del proceso de alejarse de la Iglesia y de todo lo vinculado y posteriormente, vivir experiencias que llevan a conectar con la fe, a través de un proceso que lleva a pasar de una fe vivida por educación recibida a una fe elegida, de forma autónoma.
“Nos estamos descubriendo muy conectados, porque al final podemos llamarle Dios o Alá, pero existe una vivencia compartida”
La colección Ayudar nació en febrero de 1990, y para conmemorar el número 100, se ha querido dar voz a jóvenes nacidos después de esa fecha.
Se puede descargar el cuaderno en este enlace.
Y aquí tenéis el vídeo en el que escuchamos a dos de las participantes del cuaderno.