El grupo de Discernimiento Apostólico en común de EIDES (Escuela Ignaciana de Espiritualidad) invitó, el día 23 de mayo, a Jolanta Kafka, religiosa de la Congregación de Misioneras Claretianas, a compartir su experiencia como facilitadora en la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. El interés concreto que motivó el encuentro fue el de la conversación espiritual. Asistieron participantes de las diferentes ediciones del grupo de Discernimiento Apostólico en común, así como miembros de los seminarios social, de teología y de espiritualidad de Cristianisme i Justícia.
De origen polaco, ha vivido muchos años fuera de su país natal como misionera y se considera ciudadana del mundo. Ha sido superiora general de su Congregación de 2017 a 2023, y presidenta de la Unión internacional de superioras generales (UISG) entre 2019 y 2022. La Hna. Jolanta ha visto enriquecida su experiencia en colaboración con otras congregaciones religiosas y ha respondido a la llamada de participar en el Sínodo como facilitadora en los "círculos menores", grupos de entre 10 y 12 participantes, donde se llevan a cabo las conversaciones y trabajos durante las cuatro semanas de sesiones, presididas por el Papa Francisco. Ha vivido esta experiencia como una oportunidad de implicarse más en la renovación de la Iglesia en la escucha profunda de los movimientos del Espíritu en el corazón de los participantes en la Asamblea Sinodal.
La sesión tuvo como eje vertebrador a la Iglesia en camino. Jolanta Kafka centró su aportación en la importancia de las disposiciones necesarias para hacer real la "conversación en el Espíritu" y no tanto en el método. Hizo hincapié en cuatro aspectos. En primer lugar, la necesidad del silencio, un silencio intencionado, habitado, que nos conecta y nos ayuda a hablar desde dentro, expresión del fruto de la oración que posibilita una escucha a fondo. En segundo lugar, la aportación personal preparada, dispuesta a sumar y cuidando que las expresiones del lenguaje lo pongan de manifiesto. El tercer aspecto que destacó fue la oportunidad de conversar como un acto de justicia, es decir, de hacerse cargo del otro, compadecerse y dejar que exprese lo más profundo de su persona. Y finalmente, sentir en comunión, es decir, una Comunidad con Misión que realiza una búsqueda compartida y va actualizando lo que tiene en común.
Su labor como facilitadora en el Sínodo consistió en acompañar, moderar, cuidar el método en las conversaciones y trabajos de los grupos de personas con vocaciones y ministerios diferentes y que estaban configurados de forma diferente según el tema. Para la Hna. Jolanta fue una inmersión en la realidad eclesial universal. Escuchar, dejarse interpelar por la diversidad de expresiones de la fe, escuchar sus inquietudes y retos,... Expresaba que lo vivido sintiendo la obra del Espíritu en el seno de las Asambleas, a veces con dolor, cuando las divergencias no eran acogidas y como oportunidad para seguir buscando. La conversación en el Espíritu nos desarma ante expresiones opuestas y la escucha es previa para la confrontación, así la conversación se convierte en Misterio Pascual.
Finalmente, presentó el método que utilizan en las Asambleas sinodales que tienen como finalidad acoger el paso del Espíritu y ver por dónde pasa y dónde nos conduce.