Para el teólogo y sacerdote vasco Javier Vitoria, los cristianos son las manos largas de Dios, los “dadores de vida”. Vitoria añade que los teólogos “deben su pensamiento a todas esas personas que con sus vidas convierten a Dios en realidad”. Lo expresó el pasado miércoles 27 de noviembre en la presentación del libro Una teología arrodillada e indignada, que se celebró en la sala de actos del centro de estudios Cristianisme i Justícia en Barcelona.
La presentación del libro, que pretende ser una sistematización de la teología realizada durante 30 años en Cristianisme i Justícia, ha contado con el acompañamiento de Antoni Comín y José Ignacio González Faus. Para Comín el libro de Vitoria “tiene estilo bilbaíno con fondo alemán, ya que contiene el rigor y el impacto en el lector típicos de la teología alemana” y además, añade, “este libro nos permite creer mejor nuestras verdades de fe”.
González Faus quiso remarcar la importancia de una de las tesis centrales, tanto del libro como de Cristianisme i Justícia: “Dios es la palabra más falsificada y falsificable. Debemos recuperar la imagen auténtica del Dios cristiano. Hemos olvidado el compromiso con los pobres”.
La intervención de Javier Vitoria se centró en contestar la pregunta de por qué es tan importante que la fe esté al servicio de la justicia. Para el autor, “los cristianos creemos en un Dios que ha irrumpido en la historia misericordiosamente para dar vida y darla en abundancia” y es des de este principio teológico desde donde el autor argumenta que “la lucha por la justicia debería ser la tarea central de la actividad apostólica, no por imperativo moral sino, porque la injusticia desacredita nuestra fe en Dios”, una injusticia que para Vitoria nace, como el Papa Francisco ha recordado en su Exhortación Apostólica, “de las idolatrías de este mundo y de, por ejemplo, una crisis financiera que genera víctimas”.
Vitoria ha argumentado así el título del libro Una teología arrodillada e indignada. Arrodillada, según el autor, ante los vicarios de Cristo, que son los pobres: “Los subsaharianos de Melilla son hoy los vicarios de Cristo, y es allí donde hay que arrodillarse”. E indignada, como también el papa Francisco ha comentado “al ver que no es noticia que un niño muera de hambre y sí lo es la caída de dos puntos de la bolsa”.
El teólogo ha querido recordar que el servicio a la fe y a la justicia paga un precio por su compromiso con los más desfavorecidos, como ejemplo los más de 90 jesuitas han perdido la vida en los últimos 30 años por su lucha contra la injusticia, y ha concluido con un pensamiento que a la vez es una invitación: “siempre he encontrado a gente feliz en los hombres que luchan por la justicia; ellos viven la experiencia de que caminan por el mundo con lealtad a Dios, con la compañía del Espíritu de Jesús, y esa experiencia es alegría en sus vidas”.
El libro Una teología arrodillada e indignada se ha publicado en catalán, editado por Cristianisme i Justícia, y en castellano, editado por Sal Terrae. Durante el mes de noviembre el libro se ha presentado en Córdoba, Sevilla, Bilbao, Burgos y Barcelona. En los próximos meses se presentará en Manresa y Zaragoza.