En las entidades de nuestro sector social, las personas voluntarias no son solo “manos” para hacer tareas. El voluntariado es una manera de estar y de acompañar que da sentido a nuestra misión.
Cada año, cerca de un millar de personas dedican un rato de su tiempo a realizar tareas muy diversas. Los tipos de voluntariado son amplios y se adaptan a la disponibilidad, las habilidades y los intereses de cada cual: desde el voluntariado de primera acogida, el apoyo socioeducativo con niños, niñas y jóvenes, la alfabetización y las clases de lengua para personas recién llegadas, hasta el acompañamiento y las actividades con personas mayores, talleres para personas en proceso de superar una adicción, o tareas de gestión, comunicación y apoyo administrativo. Detrás de cada actividad hay historias, encuentros y aprendizajes compartidos.
“El voluntariado tiene un papel fundamental en nuestra entidad. No solo realiza tareas concretas como repartir un café o impartir una clase, sino que acoge, acompaña y está atento a las necesidades de cada persona, reconociendo y cuidando a la persona en su globalidad.” Ares Mateus, responsable de voluntariado de Arrels Sant Ignasi.
Las motivaciones de quienes hacen voluntariado son profundas: el deseo de devolver lo recibido y la búsqueda de un espacio donde crecer y comprometerse. Como explica una voluntaria de La Vinya, en L’Hospitalet de Llobregat, la experiencia ayuda a “poner los pies en la tierra” y a cultivar el agradecimiento y la empatía. En Migra Studium, para muchas voluntarias la experiencia ha sido transformadora: les ha permitido conocer de cerca una realidad, ponerle rostro y romper creencias y estereotipos. Desde Arrels Sant Ignasi, en Lleida, destacan que el voluntariado no solo hace una tarea: acoge y acompaña a la persona en su globalidad.
“Con el voluntariado, nuestra misión toma cuerpo: estar al lado de quien llega, compartir el camino y transformar la mirada colectiva sobre las migraciones y la diversidad. Cada gesto de las personas voluntarias es una manera de hacer posible una sociedad más justa y acogedora.” Marta Romay, responsable de voluntariado de Migra Studium.
"Trabajar conjuntamente con voluntariado en los equipos educativos aporta una gran riqueza a las entidades: diversidad de perfiles, promoción del servicio hacia los demás y una mirada crítica y comprometida ante las desigualdades sociales". Centre Sant Jaume.
¿Y qué aporta hacer voluntariado? A las personas atendidas o acompañadas: referentes positivos, proximidad y oportunidades reales de aprendizaje e inclusión. A las entidades: una pluralidad de perfiles y miradas que amplifica el alcance de la acción social y sostiene proyectos que, sin esta red, no serían posibles. Y a las propias personas voluntarias: una experiencia transformadora que hace crecer y teje comunidad. Para cuidar todo ello, las entidades ofrecen espacios de acogida, formación y encuentros periódicos, velando para que cada cual encuentre su lugar y su ritmo.
"Las personas que quieran iniciarse en el voluntariado deben saber que todo el mundo tiene algo que aportar y que todas podemos encontrar nuestro lugar. Es un proceso de aprendizaje, y acompañamos y formamos para que la vivencia del voluntariado sea también una experiencia de crecimiento personal". Fundació Salut Alta.
"Da igual si se dispone de mucho tiempo o solo de un rato a la semana: cada gesto suma y tiene un impacto directo en la vida de las personas del barrio". Fundació La Vinya.
Sin duda, el sector social de los jesuitas en Cataluña es, en buena parte, lo que es gracias a esta energía gratuita y comprometida. Todas las entidades cuentan con un contacto y una persona de referencia de acogida para quienes estén interesados en hacer voluntariado. Si os interesa, podéis navegar por sus páginas web y descubrir qué tipo de voluntariado os puede encajar mejor. Encontraréis los enlaces aquí.