De la llamada interior a la acción: diálogo con Óscar Camps y Pau Vidal en Esade

El Auditorio de Esade acogió el pasado 12 de noviembre un diálogo de los que remueven. El Club Inner Life and Leadership de Esade Alumni reunió a Óscar Camps, fundador y director de Open Arms, y a Pau Vidal SJ, delegado de los Jesuitas de Cataluña, para conversar sobre cómo pasar de la llamada interior a la acción y, a partir de ahí, a un liderazgo con propósito capaz de transformar injusticias. La sesión estuvo moderada por la profesora de Marketing Mònica Casabayó.

“Levantarse del sofá“

Óscar Camps habló del “sofá de casa” que nos inmoviliza y nos aísla, desde el que, ante la tragedia, nos repetimos: «Y yo, ¿qué puedo hacer?». Para él, todo cambió en 2015 a raíz de la crisis de personas refugiadas en Lesbos. «La acción es vencer el sofá, levantarse», asegura, reconociendo que en ese momento no se le pasó por la cabeza todo lo que vendría después. Fue el impulso que acabaría desembocando en la fundación de Open Arms, una ONG que en los últimos diez años ha rescatado en el Mediterráneo a más de 70.000 personas que huían de guerras, desastres naturales, persecuciones o de la pobreza.

Pau Vidal ofreció su testimonio desde la experiencia con población desplazada y refugiada en Nogales (frontera entre Estados Unidos y México) y sobre todo en el continente africano, en Liberia, Kenia y Sudán del Sur. Coincidió con Camps en que el «no puedo hacer nada» es la trampa en la que nos coloca el sistema, generando una sensación de impotencia. «Pero sí es posible: podemos hacer algo». Y cuando te pones en marcha, explicó, aparecen compañeros de camino y una comunidad que permite sostener el compromiso.

También habló de su fe como motor, lejos de cualquier idealización: «La fe no te ahorra frustración ni dolor, pero es un motor de esperanza. Una esperanza que descubres junto a las personas que están en los márgenes, donde ves cómo la vida se abre paso en medio de la muerte».

La dignidad de la persona en el centro

El jesuita insistió en la importancia de «ver los rostros, las personas que hay detrás de las cifras». Y precisamente eso es lo que está más amenazado en nuestro mundo, dijo. Su conclusión fue tajante: si se deshumaniza al otro, si se le niega su dignidad, desaparece la obligación moral de salvarlo de ahogarse en el Mediterráneo o de ofrecerle ayuda.

En Open Arms lo han experimentado. «Muy pronto nos dimos cuenta de que no luchábamos solo contra el mar, sino contra un sistema que trataba a esas personas como mercancías o como cifras», dijo Óscar Camps. «Y cuando ves vulneraciones de derechos, tienes la obligación de denunciarlas».

Utilizó una metáfora demoledora para describir el estado actual de los derechos humanos, comparándolos con una obra de arte en un museo: los miramos, los admiramos, pero «no se tocan». Para él, las muertes en el Mediterráneo y la inacción deliberada para evitarlas son la prueba más evidente de esa hipocresía. Denunció cómo se financia a terceros países para que hagan «el trabajo sucio» lejos de nuestras fronteras. «¿Dónde están los principios fundamentales de la Unión Europea?», se preguntaba.

Imatges: Esade

Liderazgo con propósito

En el Auditorio de una institución que forma a futuros directivos era lógico preguntarse cómo se puede transmitir todo esto al alumnado. Pau Vidal recordó que Esade ya nació con la intuición de que la formación de líderes solo tiene sentido si contribuye a la transformación social. «Los rankings no son un fin en sí mismos», subrayó, y todas las asignaturas deberían tener en cuenta qué pasa fuera del aula y estar impregnadas de humanismo, de modo que el estudiante pueda preguntarse: «¿Cómo puedo transformar este mundo?»

La visión de Óscar Camps fue concisa y directa: «Hay que formar no solo profesionales, sino personas. Necesitamos personas». Esta reflexión sobre la finalidad de la educación la conectó con un mensaje dirigido a los jóvenes: «Si han decidido formarse, que no sea para competir, sino para no callar».

El poder de no callar

Para el socorrista y activista, el poder de los jóvenes reside en movilizarse y no callar, porque «callar también es tomar partido» y no podemos normalizar la barbarie y los genocidios. Pau Vidal también advirtió que, en un mundo satisfecho, la espiritualidad puede ser movilizadora, pero si es autocomplaciente e individualista puede tener también el efecto contrario y conducirnos al inmovilismo.

En el diálogo surgió también la preocupación por cómo los discursos de la extrema derecha se van abriendo paso entre los jóvenes. Sobre esto, Camps advirtió que las pantallas nos individualizan. «¿Qué control tenemos sobre todo esto y sobre la desinformación?», se preguntaba.

Vidal retomó esta cuestión desde la responsabilidad de la Compañía de Jesús en el ámbito educativo. «Es una reflexión que nos hacemos constantemente. ¿Cómo transmitimos valores en este contexto? Tenemos que preguntárnoslo cada día». El delegado de los jesuitas en Cataluña apostó por modelos educativos que pongan a la persona en el centro y por recuperar los espacios públicos compartidos y comunitarios.

La motivación persistente: ¿qué sostiene vuestro compromiso?

También se les preguntó qué sostiene su compromiso, a pesar de las dificultades, el dolor y la frustración. Para Pau Vidal, el motor es sobre todo «el recuerdo de personas concretas, las personas que he conocido, sus historias». Óscar Camps quiso dejar claro que la motivación proviene también de la resistencia que encuentran: saber que su trabajo «incomoda a algunos» es la confirmación de que están «en el lugar correcto». La necesidad persiste y, mientras haya personas muriendo en el mar, su labor sigue siendo imprescindible.

Este diálogo en Esade fue mucho más que un acto académico; fue una sacudida de conciencias y una invitación a pasar a la acción, venciendo la trampa del «no puedo hacer nada».

Podéis recuperar el vídeo del diálogo aquí.

Enllaç Vídeo Esade